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El exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, virtual candidato demócrata a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, ha roto este viernes el silencio sobre las acusaciones de una antigua empleada del Senado para desmentir que hubiese abusado de ella hace 27 años.

La supuesta víctima, Tara Reade, que coordinaba el programa de becas de la oficina de Biden en 1993, aseguró en abril que el entonces senador había abusado de ella en un pasillo del Capitolio. Previamente, le había acusado de tocamientos, dando pie a una sospecha que ha enturbiado la campaña demócrata.

"No es cierto. Nunca ocurrió", ha asegurado tajante Biden, en un comunicado en el que ha defendido que, a lo largo de su carrera política, ha demostrado su compromiso para combatir la violencia contra las mujeres y perseguir abusos como los que se le han imputado en estas últimas semanas.

Así, aunque ha admitido que "los detalles de estas acusaciones" son "complicados", ha señalado que es necesario que cualquier mensaje sea sometido "a una investigación y análisis apropiados", poniendo en cuestión la veracidad de la versión de Reade.

En este sentido, ha instado a los medios de comunicación a tener en cuenta las "incoherencias" de la versión de la supuesta víctima, "que ha cambiado de forma reiterada". Biden ha asegurado que el personal que trabajaba entonces con él no tiene constancia de los supuestos abusos.

Asimismo, ha apuntado que hay una forma de verificar si, como asegura Reade, esta presentó una queja formal en 1993 --"ella no tiene un registro de la supuesta queja"--. Biden ha dicho que, de existir, el documento estaría en los Archivos Nacionales, por lo que ha instado al Senado ha investigar si existe.

"Como candidato presidencial, debo rendir cuentas al pueblo estadounidense. Ya hemos vivido mucho con un presidente que se cree que no es responsable ante nadie, que no asume responsabilidades por nada. Yo no soy así", ha añadido, consciente de que esta transparencia puede derivar en situaciones "incómodas".

Si llega a la Casa Blanca, ha prometido hacer de la lucha contra la violencia de género "una prioridad". "Comencé mi trabajo hace 25 años con la aprobación de la Ley de Violencia contra las Mujeres. Como presidente, estoy decidido a terminar el trabajo", ha concluido.